LA AUTO EDUCACIÓN:
Habitualmente insistimos en aplicar la educación desde
afuera como una actividad física o emoliente. Pero ahora sí empezamos a ver la
luz: No hay educación sino auto-educación y tan pronto como un niño comienza su
educación es que se convierte en estudiante. Nuestra tarea es darle
relleno para la mente y ambas, cantidad y calidad, son esenciales.
Al instar a que reemplacemos lo que pretende ser la educación con el método de auto-educación, me gustaría detenerme en el enorme alivio que significa ésto para los maestros. La diferencia es tal como la de conducir un caballo de buen carácter y uno terco. El primero seguirá el camino con alegre voluntad y así lo sentirá también su conductor.
Él maestro que da libertad a sus alumnos para elegir en la ciudad de los libros, es libre para ser su guía, filósofo y amigo; y ya no será más un mero instrumento que sólo se encarga de forzar el alimento intelectual."
Carlos.
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